Educar despacio:
Este artículo es muy pero que muy interesante ya que refleja a la perfección la vida en la actualidad, tanto en el ámbito personal y social como en el escolar. Es cierto que hoy en día, se vive muy deprisa y como consecuencia de ellos, muchas personas sufren de estrés, pero son porque ellos mismo quieren. Un ritmo de vida lento, entendiendo por lento, el tiempo suficiente para hacer las cosas sin agobios, es lo que la sociedad necesta para rendir mejor.
Como dice el propio artículo, la gran mayoría de los niños tienen planificado el día por sus progenitores: van a la escuela por el día y después a alguna actividad extraescolar y poseen poco tiempo para jugar y divertirse, y así distraerse y liberarse un poco.
Con este ritmo de vida los niños se agobian desde muy pequeños y puede resultar fatal a largo o medio plazo, haciendo que pierdan interés por las cosas, en concreto por los estudios, y convertir sus vidas en una monotonía inaguantable.
En mi caso, yo vivo esta situación de una vida escolar agobiada, ya que todo se tiene que hacer muy deprisa, ya que la planificación se realiza para un año o un cuatrimestre con plazos muy cortos para dar el temario que hay y realizar los trabajos necesarios.
Este artículo posee aspectos de la psicología educativa, como por ejemplo, la manera en la que influye el entorno en los niños, ya sea en entorno social como natural; y la planificación de los estudios por medio de los padres que bajo su interés, planean las actividades y vida de sus hijos hasta unos límites fuera de lo normal, impidiendo al niño hacer lo que realmente le interesa y divierte, que es jugar y divertirse para rendir y estar motivado y feliz.
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